Extractos de «Papisa»
En la tribu todos tenemos agua.
Aquí todos tenemos una forma
capaz de encajar con otra.
De esta manera podemos juntar
nuestros cuerpos y jugar
al coro de la patata.
La tribu es muy emocionante,
siempre moldeando su forma, los límites de la tribu son cambiantes,
sus conquistas, su huerto,
la pintura de las caras,
los pendientes,
nuestra capital,
los sonidos, las carreras, y nuestros propios cuerpos
son transferibles
permanentemente.
Hay que estar muy vivo,
para estar atento.
La tribu sólo conoce toda la tierra, y todo el tiempo,
es entera, y eterna.
Hay que estar muy vivo, para que la piel sea vaporosa.
Las arrugas de pabilo están siendo recorridas por babosas.
Las babosas están bebiendo agua.
Hay cabellos que pueden permitirse ser blancos,
y manos estar en llamas toda la vida.
Tiene el olor de quien siempre ha olido bien.
Es tan desgarradora su figura, que preferimos no mirarla.
Hay estatuas que se rompen
y no se vuelven a pegar.
Es difícil mantener tanta escayola,
pero ella tiene el talco necesario.
Es la Emperatriz mayor del reino,
recluida como Papisa ponedora,
alimentadora, sabia, callada,
sorda.
Extractos de «Emperatriz»
Los viejecitos esperan
que empiece,
los focos observan
sus ojos infantiles.
El escenario en sombra.
Dedos heridos
agarrados a las butacas.
Una voz con puntas
de estrella
sopla viento de levante.
La emperatriz que domina
los soles
vierte cántaros
corre, corre
un agua que forma lagos
entre malezas sin maldecir.
Temblor en tu mejilla,
traidora.
Se relaja tu garganta,
cierras el paladar.
Quieres dar un buen
bocado
a esa nota
que no es aguda.
Tu nariz es el alojamiento
de un montón de abejas
que picar, no quieren.
La mandíbula,
un alazán.
Un elástico une tu frente
con tu esternón.
El resto de tu cuerpo,
un espantapájaros.